Brillos

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domingo, 30 de junio de 2013

Cheescake Cap. III


Cheescake
(Imagen tomada del Face de Takano Prince)
Cap. III:
Introducción al “embriagador” deseo…

Ese domingo en la tarde…

El sol estaba algo fuerte a las 3 y 30 de la tarde. Pero la brisa era suficiente para apaciguar la calor, José Luis había llamado a Dominic para un partido de Básquet en el Imán, el parque cerca del boulevard ya que le día estaba muy aburrido para ambos, ellos se conocían de hace 3 años y aunque no habían estudiado juntos antes siempre jugaban e iban a fiestas juntos como amigos simples…

¡Jo! Y encesto…— Bufo victorioso Dominic en bermudas negras y camisa azul marina cuello “V”, ya que había encestado después de una hora sin ninguno de los dos encestar…

No tan rápido— La expresión cansada de José Luis se transformo en fuerza en cuestión de segundos girando con la pelota naranja en sus manos  y encestando…

Me sorprendió que aceptaras que alguien a quien aparentemente no te agrada fuera tu tutor— Dominic se detuvo y dejo que la pelota cayera al suelo sin ademan de agarrarla hasta que se percato se agacho y la tomo…

¿A qué te refieres?— El castaño pregunto con bastante curiosidad, es decir; ¿Qué José Luis se traía entre manos?

A que te alejes de Alessandro, eso es todo-— El pelinegro muy blanco de tez se detuvo a mirarlo con atención…

Explícate— Pregunto Dominic a su “amigo”…

No soy estúpido, quieres acaparar al pequeño y ¿sabes? Lo elegí primero y te lo demostré cuando lo invite a jugar, esa es la regla de iniciación con un chico

Ósea eres un maldito gay… Verro men de lo que uno se entera…— Bufo el de ojos verdes…

No es eso, y lo sabes… Hablo del acto de marcar al chamito que le tengas ganas y yo ya escogí…—Sentencio el achinado ojos negros…

Ese es un mito del liceo— Resoplo incrédulo…

No es un mito…— José Luis rio y se fue a sentar en la segunda fila de las gradas… Dominic lo siguió y se sentó un tanto alejado…

¿Te acuerdas con el chico que jugaste básquet a principios del año pasado? El alto de 1 90 cm greñudo castaño, por quien las chicas morían por saludar— El achinado pero latino bebió un sorbo de agua de su termo anaranjado...

Sí, Evencio, de hecho ganamos el trofeo del campeonato TLA (Tres liceos en Anaco)— Se acordó Dominic...

Pues el sí marco a alguien, de hecho el chico estudiaba tercer año... Y tú debes medio conocerlo, es el rubio ojos verdes, Germán...— Obvio el pelinegro...

Si lo conozco, ¿Qué tiene que ver él?

Jajaja pues, ese es el chico que Evencio eligió el año pasado, ¿recuerdas que estaban muy pegados, que incluso después de cada juego Germán lo esperaba y se iban riendo y demás?... sí, todo bien, hasta que en la primera práctica de graduación Germán apareció golpeado y con el labio roto ensangrentado— Rio leve el que tenía en mano el termo de agua...

Ve al grano... — Resoplo un poco fastidiado el castaño.

Resulta que un viernes después de las practicas de premilitar se fueron a la guarida de los salones por la cancha y como todo queda solo pues, Evencio y Germán lo hicieron, de hecho lo vimos desde la esquina de la calle cuando salían y como Evencio tomaba un taxi y subía con Germán, le gritamos a ver a dónde iban y el solo grito que iba a su casa a jugar video juegos... si, como no y “le creímos”, perfectamente vimos como Germán no podía caminar bien— José Luis rio, pero más bien pareció un mal gesto...

Que yo sepa, Germán es tu pequeño primo...—Dominic se removió incomodo...

Sí, pero Germán decía que eso era entre Evencio y el... Se lo advertí, pero bueno ese día de la práctica de graduación, Germán le insistió que no lo dejara que se lo iba a decir a su novia Miriam, el resultado fue una golpiza hacia él y cuando lo supe lo agarre en la salida le partí la boca y le rompí una costilla, es decir; si te gusta un chico y lo tomas no puedes golpearlo después... Germán no se lo dijo a su novia y por eso tuvo en terapia por vario tiempo...— El de rostro un tanto achinado se mantenía inerte contando aquello mientras Dominic solo lo miraba con parsimonia.

No entiendo todavía— El chico anémico resoplo y se recostó de las gradas...

Quiero dejarte en claro que no debes de molestarte ni nada acerca de lo que quiero con Alessandro— Sonrió de lado...

¿Recuerdas Antoni de 3er año, el chico popular pelo negro y corto ese que tocaba la guitarra eléctrica genial, quien le dedico una canción a su novia?... Pues él y Carl el morenito ojos miel alias Pollito, eran muy amigos hace ya dos años y ciertamente su amistad termino un día en una clase de biología, ya que le dijo mariquita a Antoni, pero lo hizo porque Antoni después de estar con el tenia que a juro aparentar terminándolo, Pollito no lo entendió y casi salió ahorcado en el salón... y por eso ellos jamás cruzaron palabras

Vaya, Antoni... Jamás lo imagine, pero eso no quiere decir que eso sea bueno o correcto— El chico anémico estaba abriendo los ojos... es decir todo aquello el juraba que era mito...

No, no, no... Todavía no entiendes incluso Turip el más inteligente, rudo, fuerte, que por cierto estudiaba quinto año contigo el año pasado... él no tomo a un niño... no, el prefirió al profesor Dave, el de química, el flaquito cabello negro. De hecho viven juntos y se excusan tras decir que son familia siendo falso

Y tú lo harás, solo que tienes en mente a Alessandro... eso es repulsivo— Se levantó Dominic ya consciente de lo que quería José Luis.

No te hagas el idiota... Alessandro es lo suficientemente atrayente, lo que me preocupa es tu cercanía con él, solo quería reitératelo, Alessandro va a ser mío

¿De qué demonios hablas? Tienes novia y se llama Mi Lu igual yo que tengo novia— Dominic se cruzó de las manos mirando a José Luis...

Solo lo quiero tener debajo de mi gimiendo mi nombre ¿ok? Quiero ver a ese niño que muera por mi y si de aquí allá sigo teniéndole ganas no voy a terminar con él... por Mi Lu ni te preocupes, ella no tiene por qué enterarse-— Bufo con increíble estupidez y desdén el pelinegro.

Si lo obligas a hacer algo te juro que te matare, a él no te acerques... ¡Eres un maldito pervertido!!!—Dominic alzo un tanto la voz y cuando se iba a girar se detuvo...

Es mío, Alessandro es mío, y no te interesa si soy o no un pervertido que quiere tener a ese lindo rubiecito en su cama—José Luis chasqueo la lengua y con un gesto de superioridad se iba alejando mientras los rojizos rayos del sol salpicaban a ambos chicos en ese parque...

No estés tan seguro José Luis...— ¿Sonaba a reto aquello?
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Detalles, solo detalles...— Era lo que el pelinegro achinado le decía a una intrigada Nicol.

—Tú si vas a ir ¿Verdad Ale?— José Luis le sonreía con amabilidad al nene casi rubio quien lo miraba algo no muy decidido.

—¿A dónde?— Si, esa voz sin tono alguno provenía de un castaño oscuro que llegaba de sorpresa por detrás y con manos en los bolsillo, miraba con desidia a todos los demás.

—¡Ay! Yo amo la playa— Chillo la rubia robusta y tierna con crespos ondulados y largos en su pelo, amiga de Nicol.

—Nadia eso ¡todos! Los sabemos— Nicol le respondía a la catira con ojos marrones relucientes por la idea del pelinegro.

          Mientras nadie veía, excepto José Luis, Ale miraba a un intolerable chico ojos verdes, que solo esperaba que le explicaran los planes. Cuando de repente unos cabellos chocolate, lisos  y largos se movieron en el aire cual hojas marrones cayendo en otoño, aproximándose a alguien.

—Amor, es que José Luis está invitándonos a un viaje, a la casa de playa de sus tíos, como ya llega Semana Santa y ninguno tiene algo divertido que hacer—Una chica de piel muy morena, de cuerpo de modelo y con espectaculares ojos azules abrazaba a Dominic y le besaba… en los labios. Esa acción dejo al más pequeño de todos con una expresión decepcionante. Entonces ¿Esa chica era la novia? Esa, que siempre andaba con Nicol.

     Pero cierta persona desbordo una gran sonrisa tomando de la mano a Ale y mirándolo directamente a os ojos.

—¿Vas a venir conmigo?

—Claro— Le respondió un aturdido chico ojos miel a un muchacho alto y achinado cabellos negros…

—Si— Ale sonrió inocentemente, cerrando sus ojos. Cosa que hizo que todos los presentes como el grupo de Nicol y Germán se enternecieran y se emocionaran de que el pequeño asistiría, todos menos Dominic que miro a José Luis con el ceño fruncido.

     La pregunta era ¿Por qué Ale sentía una pequeña punzada en el pecho?

     Probablemente sería la dulce pareja presente.

—Tus papas no dejaran ir a no sé qué parte a alguien como tú ¿o sí?— Dominic le hablaba seriamente al pequeño, pero en vez de que Ale rastreara la preocupación del castaño, rastreo especie de reto, lo cual no le gustó en absoluto.

—S-sí me dejaran— Respondió cabizbajo el nene con unas enormes ganas de ir a casa y abrazar fuertemente a Cheescake, a su conejo de felpa, de seguro su abrazo disiparía ese sentimiento, olor a amoniaco, solo olor a dolor… a lágrimas que serían cautivas a costa de todo.

—Además yo estaré contigo, no habrá problema— Sonrió feliz y un aparente vencedor.
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—Yo tengo sed y hambre así que has detener esta cosa— Dominic le hablaba a un conmocionado José Luis que creía que cierto amigo suyo no iba a ir a la casa de playa para no truncar cierto plan.

    Efectivamente ya había llegado Semana Santa…

     Dulces y calurosas vacaciones dentro de un dulce verano caribeño con olor a coco y piña, sabor a ceviche en la playa.

     Estaban subiendo para llegar a la casa de playa, y se detuvieron, aunque ya venían viendo la playa azul cristal y verdosa cuesta arriba, cuando bajaron de la Van, vieron y sintieron la brisa salina, las flores de cayena tan rojas como algunos amaneceres y atardeceres con hojas verdes intensas daban una vista realmente agradable con todo y accesorios artesanales. Las chicas apuntaban las flores y la playa, felices y contentas, mientras los chicos se estiraban, menos cierto pequeño que la verdad, sentía un poco de nostalgia aunque encontraba todo eso aún más hermoso viajando en compañía de tales amigos y amigas.

     Ale se escondió tras el fuerte abrazo que le daba a Cheescake al cual le dio un rayo de sol del mediodía e hizo brillar un ojo (botón) de este, José Luis logro ver ese rayo, justo sintió presión en el estómago y salió corriendo a un baño de la parada, seguramente a vomitar. Dominic que bajaba los brazos, producto del estiramiento, miro al pequeño que estaba un tanto desubicado con su camisa blanca muy fresca con un estampado al frente del osito de Rilakkuma saludando, junto con unas bermudas azules oscuras y en vez de sandalias, el nene cargaba unos Converse marrones corte bojos sin medias… sumándole al conejo de peluche negro, un niño de dulce, dulce presencia.

     El mayor recordó que después de pasar ese rato juntos desde aquella vez, fue como si el mismo viese fabricado y puesto una barrera entre él y Ale, lo peor es que ahora viendo a su compañero, a su mente se le venía la idea del por qué a esa barrera.

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—¡La verdad, l-la verdad es que tengo una obsesión por el café y tengo una tacita con carita feliz!— Una embriagada y llorosa Nicol se encontraba diciendo su secreto a su amigas en plena sala, frente a una televisor apagada, todas las chicas se encontraban sentadas en el mueble gris más grande, excepto Nadia que se encontraba en el suelo de rodillas. Todas se deprimieron pensando en sus secretos, sus peores secretos guardados.

     Todo producto de que habían llegado a las tres de la tarde y habían decidido tomar mucha sangría, minutos después, ya se encontraban las chicas en un profundo y embriagador sueño sin oportunidad de despertar al instante sino hasta el otro día.
    
     Mientras, los tres chicos se encontraban en la cocina, los dos altos sentados en la barra con un par de cervezas y más el de ojos miel que se hallaba, parado.

—Ale ¿Te sientes bien?— Ese tono de provecho…

     Adivinen ¿Cómo se sentía el pequeño?

     Ale se aferraba a su conejito de felpa, tal como si el piso fuese una gelatina que en cualquier momento se caería… sus mejillas estaban algo rojos algo sonrosados, como dos tomates cherry en cada cachete, en cuanto a sus ojos caramelos, estos se bañaban de una dulce confusión y a la vez  aparecía  un embriagador deseo…

     Por lo ventanales de vidrios con las cortinas crema ya corridas, se observaba una luna plateada junto con miles brillitos señalaba una atmósfera algo tranquila. Ya eran como las nueve de la noche, al menos eso marcaba el reloj en medio de la puerta amplia y ovalada arriba que daba a la cocina de la casa…

     De improvisto una mano con dedos largos y blancos se acercaba mansamente hacia el más pequeño del grupo…    

—¡No me toques!— Ale exclamo por lo bajo mirando directamente y con expresión de fastidio a los ojos de José Luis, quien se asombró y miro Dominic que estaba tan abrumado como él.

—¿T-te siente bien?— José Luis le volvió a preguntar…

—Quiero, quiero…— Ale sin duda tenía sus ojitos algo brilloso y mirando con tristeza sin lucidez al de ojos verdes.

—Ven, vamos a dormir pequeño— Dictamino algo molesta el de cabellos cortos y negros como el carbón…

     Su manos iban hacia a Ale hasta que…

—¡No quiero!— Exclamo no muy alto…

—¡Ya es hora de dormir!— Esa oración salió de los labios algo rojos del de ojos negros. Intento cargarlo pero Ale con la cabeza baja, sin ver, soltó una de sus manos y esquivo el agarre…

—Quiero dormir con mi hermano mayor— Dijo sin tono dulce… solo con tono realmente afligido infantil mirando hacia abajo, realmente hacia la nada.

     El de ojos verdes solo lo observaba por lo bajo, sin decir ni moverse, solo con su vaso de vino tinto…

—Ya, estás borracho, así que ven conmigo— El de cabellos negros cual sus ojos, cual noche sin luna tenía un objetivo entre ceja y ceja.

     Hasta el mejor nadador se ahoga.

—Te lastimara si te vas con él, Dominic no te salvara—Esa voz elegante y que incitaba a querer escucharla de nuevo se dio lugar, aunque solo y exclusivamente en los oídos de Ale.

     “No importa”, pensó molesto y triste Ale… y ahora es que se venía a dar de cuenta que Sorren no tenía reemplazo. Por fin su cabezo hizo énfasis en la palabra “tragedia” que se ajustaba perfectamente cuando Sorren murió.

     Un cuento de hadas para niños y niñas, adornar las palabras no le quitara lo que realmente significa o significó ese momento.

—Jajaja— Rio divertido con risa risueño el pequeño castaño recordando un beso entre personas donde una de ellas era por el que quería de “hermano mayor”.

—¡Sí! Tengo sueño

     Una sonrisa transversal paso por los labios de José Luis, su objetivo estaba casi listo, aunque en su mente tenía muy presente ese chico, su amigo, Dominic.

     Dominic se encontraba en una batalla entre decir que Ale se fuera a dormir con las chicas o que él mismo se fuera a dormir con el pequeño y eso no estaba bien, porque él sabía por qué al querer de dormir con el de ojos miel…

—Ok, ya está…— Dictamino en tono de victoria total el de labio rozagantes y piel blanca, José Luis.

     Los brazos torneados envolvieron al pequeño y lo escoltaron rumbo a las escaleras, dejando a un Dominic confundido, molesto y con temor de ver llorar a Ale, pero a la larga eso a él no le incumbía a pesar de decirle esas cosas a José Luis de que no se le acerara al pequeño o que no le hiciera daño. Todo eso pensaba mirando fijamente su vas de cristal con un poco de vino tinto.

     Ale y José Luis subían las escaleras de manera tranquila hasta llegar al último peldaño de madera clara pulida y con eso lograban girar a la derecha, la segunda puerta…  al abrirla el más alto, se dejó ver una cama de sabanas verdes oscuras para dos, junto un mueble verde olivo que daban frente a una peinadora de la misma madera que la cama y de las mesitas de noche. En ese espejo se vio Ale y aunque su mente estaba un tanto mareada se dio cuenta que no era justo lo que le había hecho a…

-Recuerdo-

 —¡Ángelus!  Jamás serás mi hermano mayor— Esa tierna pero agitada voz que se escuchaba en el solitario pasillo de la escuela daba a un salón, donde un chico de nueve años de tez morena y cabellos de rulos y algo largos se arrinconaba tras el escritorio mientras un niño castaño muy claro con ojos miel que expresaban rabia una rabia infantil, algo maligno, él miraba desde lo alto.

     El uniforme que tenían, compuesto de camisas blancas, que estaban manchadas de un rojo que se había oscurecido un poco y pantalón azul marino, destacaba como la suavidad de la escena hacia algo ficticio.

—Te dije que mataras al hámster, te dije que se me hacen viles, te pedí simplemente que lo mataras para no llevármelo en la semana que me toca— Hablaba Ale a regañadientes con ira…

—S-sí soy tu hermano mayor n-no debieras de g-golpearme— Tarareaba el arrinconado con sus ojitos llorosos el pequeño moreno, ya que Ale lo había golpeado porque la sangre que anteriormente traía en las manos era por una cortada que se había hecho luego de liberar cierto roedor.

     Pero Ale vio que el roedor de pelaje marrón y manchas negras salía del baño, lo tomo y lo guardo en su bolsillo, regreso al salón a esperar una explicación…

-Fin del Recuerdo-

     José Luis logro que se acostara el pequeño “dormido”…

     ¿Abusaría de él ahora?

     Pero a la mente del pequeño dulce y caprichoso llego la imagen de Milo, su profesor de sexto grado con quien había perdido su virginidad…

-Recuerdo-

     Ale levanto su rostro hacia el reloj redondo rojo y blanco que había sobre la puerta…

—Eres hermoso Alessandro— Ese susurro provenía del salo 6-D, ya era muy tarde y no quedaba nadie en la escuela, la puerta estaba bajo llave y en el escritorio se encontraba una escena que para muchos, que para la mayoría era un crimen, una aberración y ni hablar del pecado que tenía ese hombre mayor de treinta años de edad bien parecido, quien tenía en su regazo a un lindo niño acariciando su espalda…

     Ese hombre de camisa tres cuartas marrón con cabellos castaños que se mecían con el ventilador del techo, y con sus brazos blancos cargando a Ale, ese hombre era el elegido por ese niño, como su “hermano mayor”.

     Ale volvió a levantar su rostro hacia el reloj redondo rojo y blanco…

—Jamás pensé que amar a un pequeño mocoso como tu fuera real— Su voz era dulce para con el niño, y la verdad es que si amaba a ese niño y aunque muchos no lo comprendan, Milo de sonrisa encantadora había accedido a estar piel a piel con el niño solo por petición y amenazas infantiles que a la larga él la tomo muy enserio y procedió, doblando su sentido común, su seguridad como civil y sobre todo, doblando la seguridad de su ex novia embarazada.

     Ale volví a alzar la vista a la hora…

—Quiero que me beses y me vuelvas a hacer lo del otro día, ahora— Ordeno con esa voz que no lograba percibir muestra de lo infantil, dulce e inocente de Ale. Solo era un niño que pedía algo como eso.

—No, te dije que cuando lo hicimos que quería que crecieras o al menos que pasaran un par de años, aunque te amo, sigues siendo un niño, discúlpame Ale—Justo beso la frente del pequeño.

—Hazlo o le diré a alguien lo que me hiciste en tu casa cuando me dabas clases particulares— Ale tomo una cara de cachorrito con doble intención, lastima y amenaza.

—Está bien, pero no lo hare hasta el final— Musito Milo dispuesto a besar en el cuello blanco y lindo del castañito…

     En un instante Ale le había desabrochado con sus pequeñas y lindas manos la camisa al mayor mientras una camisa blanca salía los aires y aterrizaba en algún lugar en conjunto Milo iba desabrochando lentamente los pantaloncillos del menor que por tantos besos y caricias en su cuello y espalda estaba algo rojo y embelesado… justo una pequeña sonrisa se dio transversal.

—Supe que Ana está embarazada y cuando te vino a llamar… le di una galleta y le dije que tu novia la subdirectora estaba encerrada en el baño contigo— Musito leve el nene de ojos miel. Milo se detuvo en seco.

—¡Tú fuiste quien nos encerró!— Exclamo recordando lo obvio del asunto, y la verdad era que entre la subdirectora y Milo no había absolutamente nada, todo era invento del pequeño Ale. Ale no perdonaba que…

—¡Tendrás a un bebe!— Ale lo apartaba y la situación de tornaba forzosa.

—¡Sabes que te amo! Sabes que eres mi niño

—¡No! Suéltame— Grito Ale, mientras Milo giro a Ale sobre el escritorio,,,

…Crash…

     Se abrió la puerta…
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     Milo termino su vida en la cárcel y con el corazón en mil pedazos…

-Fin del Recuerdo-

     José Luis comenzó a besar levemente la oreja del pequeño que se hacia el dormido el cual pensaba ahora en cuando había enredado a Sarah entre lágrimas para que estuviera con él… Sarah hasta dejo plantado a su novio por ese pequeño, por Ale, ella había renunciado a su felicidad.

—Ahora Ale ¿Qué cosa horrible le vas a hacer a José Luis? Ni siquiera pasas al muchacho— Una risa baja pero altanera se dejó escuchar desde los brazos de Ale, Cheescake.
     Al se levantó y alejo gentilmente a José Luis, y sin pestañar saco un pequeño frasco con spray y rocío al de ojos negros que se hallaba dispuesto y se sorprendió cuando aquel roció inundo su rostro.

—Aló— Ale hablaba través de su celular blanco y táctil, eso sin soltar a su conejo…

—Joven…

—Estaré afuera, Francesco tenías razón, no seguiré jugando con las personas…

    Lo seguido fue cuando el castaño colgó y se giró a mirar a José Luis durmiendo tranquilamente, gracias al éter que le había arrojado…

—Es mejor así… gran imbécil pensó que estaba usando cuando en realidad era al revés… dale gracias a tus amigos, a Cheescake y mi psicólogo y guardaespaldas que no te hice nada malo
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     La ruedas de la maleta mediana roja y el pequeño venían hacia al frente de la puerta… justo salió Dominic.

—¿Adónde vas?— Dijo el de ojos verdes, descalzo.

—A casa…— Ale bajo el rostro al sentir tantos latidos solo por el hecho de que él le estuviera hablando pero hubo una duda en esos latidos ¿En verdad amaba a Dominic? Pero de igual siguió he hizo omisión de aquel reflejo.

—Ale, ¿ese imbécil te hizo algo?— Dominic se inclinó y tomo de los hombros a un rojo y tierno niño… Ale solo negó con la cabeza despacio sin realmente mirarlo a los ojos.

—Lo siento ¡Lo siento! Iba a impedir que te llevara pero estaba alerta por si él te dañaba dime ¿Qué demonios te hizo?

—Sé cuidarme solo, lo dormí con un poco de éter— Ale sonrió cerrando sus ojos y dejando que ambas de sus mejillas se le humedecieran por una gota de lagrima.

    Dominic se sorprendió…

—No soy seguro, así que aléjate de mí, nos vemos— Ale procedió y abrió la puerta y antes de volver a cerrarla…
                                                                          
—Aunque sí quieres tener algo conmigo, deja a tu novia y luego avísame, contigo me gustaría tener algo serio… por primera vez— Lo último lo musito más para él mismo que para Dominic.

     Una vez que salió Ale de aquella casa de playa, su guardaespaldas con piel blanca y cabellos oscuros estaba allí, esperándole de brazos cruzados, con una sonrisa oscura y encantadora.

Interesante… después me dices que mi manera de comportarme es incorrecta— Una voz sutil y casi madura salió de los labios rojos del pequeño castaño, quien soltó una risa corta y seca, llena de sarcasmo.

 —No sé de lo que habla, joven Ale— Hubo un brillo ligero entre la mirada del más alto, quien siguió al niño.

Cheescake, ¿No que los humanos son criaturas muy poca cosa para ti?— Dijo con burla el menor justo antes entrar al auto oscuro.

Jamás he dicho algo así, “poca cosa”, no… es solo que lo efímero se hace realmente interesante ante la presencia de alguien que ya ha vagado a oscuras por tantos siglos, sin tener algún rumbo— “Franchesco”, el de cabellos negros y cuerpo bien formado cerró la puerta trasera del carro tras Ale entrar para él entrar como piloto.

—¿Cómo lograste posesionarte de ese cuerpo?, antes lo hacías, pero no durabas ni los dos segundos— Dijo el castaño claro sin atisbo de temor, sin temor ¿Por qué lo tendría? Si quien estaba allí, a su frente, era Cheescake, su Cheescake, quien le había quitado un poco el dolor aquella vez cuando perdió a su primera persona más importante, más especial.

—Estuve estudiando a Franchesco, y su físico estaba dentro de los límites semejantes a mi alma ambulante… además que ayer fue apuñaleado en el estómago, no resistió, salió por un momento y logre entrar fácilmente— Sonrió el pelinegro desde el retrovisor para ver el rostro pensativo de Ale.

—¡Jajaja! Lo que quieres decir es que el peluche te quedaba realmente apretado y por eso ni te podías mover— La risa burlesca e infantil se escuchaba mientras Cheescake, ahora “Franchesco” manejaba y solo colocaba un gesto de entendimiento y con ello volvía su vista al camino.
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1 comentario:

  1. =O Cheescake no era producto de su imaginacion?¿ Rayos que pasa luego!!!! T______T

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Maid Comentario n.n

Maid caritas De: Pervert Mind

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