Cheescake
Epilogo-One shot:
~Panadería Cheescake~
Era de
tarde en aquella institución con nubes blancas como la nieve que se podían
contar en un cielo añil intenso que hacía gala a un sol caliente y sofocante, típicas
tardes infernales de julio.
Y al fondo se encontraba aquella cancha,
ese salón enorme con los dibujos y las canastas de baloncesto que era rodeada
por alambrado cuadrado, dentro se podía observar muchas sillas ocupadas por
estudiantes. Sí, todos los quintos años se iban a graduar y estaban en las
prácticas para la graduación.
Y entonaban una y otra vez esa
cancioncilla que se le hacia 1000 veces fastidiosa para nuestro pequeño
Alessandro…
Pintarse la cara, color esperanza… (88)
.
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4:00 pm
—Awww… Que refrescante esta la limonada— Una sonrisa dulce y casi imperceptible de lascivia
se vio en la boca del menor mientras unos ojos marrones acaramelados lo veía
con una jactancia picara.
—Gracias Cheescake—
Salió un niño risueño a votar la botella de limonada vacía en su respectivo
cesta de basura.
“Francesco” estaba esperando en la
camioneta blanca al joven castaño.
—¿Qué tal va con su novio?— Esa voz típica se bajaba del vehículo y le abría la
puerta trasero al joven pequeño.
—Termine con él, fue muy extraño—
A pesar que el conejo de felpa, no, el
muchacho que cuidaba de Ale; Franchesco había estado en las nebulosas
disfrutando ese cuerpo humano pues, le impresiono el rostro de tristeza que
había en el niño.
De igual arranco el carro.
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Cuando llego Ale a la casa, corrió a
quitarse los zapatos en las escaleras, gritando…
—¡Papá, mamá, estoy en casa!— El de ojos caramelizados solo quería el abrazo de
sus padres.
Pero nadie contesto.
—¡Mamá, papá!— Sus
ojitos ya se le estaban llenando como un estanque en invierno.
—Ya mi pequeño— El alto
lo acurruco entre sus brazos.
—Otra vez voy a almorzar sin ellos— Dijo Ale con ese típico “hip” que hacen los niños
dulces al llorar.
—Siempre es así… hice el pedido que me hiciste— Dijo el alto sujeto acariciando las hebras casi
rubias del nene.
—¿Qué lograste averiguar?— Se limpió las lágrimas de su precioso rostro.
—Milo Pérez salió hace cinco meses por buena conducta,
está en terapias con psicólogos y hable con él para darle el cheque con tus
ahorros— Decía el mayor acariciando a su… amo
(?)
—Al principio se negó, pero le dije que eso era lo
menos que podías hacer en ofrenda de arrepentimiento y lo acepto—
.
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Y así, después de una semana… Ale llegaba
demasiado triste ya que sus padres no estuvieron en su graduación, el pequeño
no asistió a ninguna fiesta porque la realidad le golpeaba en la cara tras
escuchar como a 320 nombres para que recibieran como el, su título de bachiller.
¡Toc! ¡Toc! Franchesco de camisa verde
militar, golpeaba la puerta de la habitación del pequeño.
—Abre la puerta, Ale—
—¡Jamás!— En su
voz se le podía percibir sus lágrimas dulces.
—Cálmate, tan solo abrázame y todo pasara—
—¡No! quien debió de haber muerto en lugar de Sorrento
debí ser yo ¡Por eso él quería protegerme!—
Y así comenzó lo gritos de un pequeño que
nunca había gritado, no al menos de esa manera tan desesperada.
Un panal por más dulce que sea, siempre
tendrá abejas que pican, demasiado doloroso.
—No digas esas cosas, ya sal de ahí para que puedas
abrazarme. Entrare en Cheescake sí te hace feliz—
—Aquí estoy como siempre, recostado sobre mis lágrimas
sin sentir nada al menos eso piensan todos los que quise de hermano mayor—
—Ya basta, abre o voy a romper la puerta—
—Dominic fue el que termino conmigo, me dijo que me
veía como un hermano menor, que no podía verme como algo más que eso— Con junto iba acabando su línea, su tono se iba
acercando al oído del mayor.
Click… Ale abrió la puerta con su rostro
rojo como cuando las fresas están en temporada en la colonia Tovar.
—Ven, esta vez yo te acariciare, vamos a encargar
comida china y veamos lluvia de hamburguesas, la venganza de las sobras— Franchesco con brazos de salvación abrazo al
pequeño.
—¿Sabes porque Sorrento me entrego a ti?... je je je,
porque yo no voy a dejarte. Siempre he estado contigo, con este cuerpo si puedo
cumplir el rol de hermano mayor ¿o qué dices tú?—
Allí estaba, el asunto había estado bien
desde un principio, Cheescake había estado con él en las buenas y en las malas,
en lo dulce y en lo amargo… incondicionalmente aunque el pequeño sabía que la
raíz de su conejo de felpa era un misterio.
Ale agacho la cara dejando su mirada en
sombra pero enseguida Franchesco, es decir; Cheescake se colocó de rodillas y
alzo el rostro con delicadeza de su niño.
—Vamos a experimentar lo que sientes con los dulces— Esa voz elegante pero con un ingrediente extra…
Placer.
Y como en cámara lenta el de cabellos de ébano
tomaba las delicadas muñecas de Ale y las alzaba mientras lo iba arrinconando
en la pared más cercana. Su rostro inexpresivo bajo hacia el del menor quien lo
miro expectante y allí le iba un beso y no un beso de coco que suelen vender
por las avenidas…
Y de repente no podía comparar ese beso
con coco si no con un crossant francés…
Una sonrisa traviesa atravesó los labios
del más alto ya que parecía que su cuerpo reaccionaba, sinceramente esto era
divertido. Fue cuando tomo de la cintura al niño castaño claro y lo llevo a la
cama donde lo acostó con demasiada facilidad, dejando que dos brazos tiernos se
extendieran como pluma y un rostro precioso con expresión de casi indiferencia
se hiciera a un lado.
—Te podría comparar con los dulces que tanto comes… y
lames— El tono adulto y elegante era demasiado
sugestivo pero…
¿Qué pasaba por la mente de Ale?
Pues… qué creen, él solo veía eso extraño.
Iba a tener relaciones con su muñeco de felpa pero que no era un muñeco sino
una entidad. Todo era confuso pero en su corazón la llama de cariño y aprecio
achocolatado por Cheescake estaba presente pero los pensamientos se les
esfumaron al sentir una cálida lengua en medio de su estómago que iba subiendo
a la vez era subida su camisa marrón espuma.
—Mmm… pequeño Ale, mira que tenemos aquí, fresas je je—
Y allí iba a las tetillas rozagantes del niño
quien al sentir tal succión se retorció un poco de placer.
—Deja de compararme tan descaradamente— Seriedad y complicidad venían sorprendentemente de
menor “dulce”.
La respuesta fue una sonrisa típicamente picara.
—Me encanta ese lado tuyo…—
El pantalón azul marino fue quitado de a
poco para caer al suelo y dejar mostrar una tierna erección.
—Ah— Un
gemido que parecía demasiado tentador, demasiado fascinante.
—Je je je… le sobre las hormonas y tu estas demasiado sensible—
Cuando
vio la cara del pequeño, noto que estaba con el rostro hacia un lado con sus
ojos perdidos en placer y su boca abierta con un hilillo de baba que lo hacía…
—Entiendo la palabra “atojo” ahora—
Fue a la pequeña boca que tanto dulce comía
y la devoro un poco para sentir los deliciosos temblores de su… amo (?)
Introdujo sus tres largos dedos en la boca
de Ale quien procedió a lamerlos y bañarlos de saliva.
—¡Ah! Ah ¡No, C-Cheescake!— Gemio Ale al sentir que su entrada era tratada
rudamente por cierto dedos adentrándose, ellos no se detenían así que se abrazó
más a Cheescake.
—Deja que te acostumbre un poco— Él solo mantenía ese vaivén en el recto del de ojos
caramelos.
¿Acaso Cheescake se estaba aprovechando
de la debilidad del momento? Eso mismo se preguntaba Ale lleno de temor y
sensible por querer eso que llaman “Orgasmo”, acordémonos que nuestro pequeño es
muy calculador.
—T-Te estas aprovechando…—
El vaivén se detuvo abruptamente.
—Sí aprovecharse es querer adentrarse a la persona que
siempre estas cuidando inconscientemente para sentirlo y sostenerlo aún más,
entonces si me estoy aprovechando—
—No sé quién eres o quien fuiste… Ah~— Gimió a lo último el de cabellos algo desordenados
al sentir el vaivén de nuevo de forma deleitante.
—Esa es tu duda mmm… solo soy un alma en pena que
desarrollo habilidades y en el proceso perdí mi memoria. Investigue mucho fue
cuando leí que cuando uno muere deja de ser quien era para seguir, luego después
de estar tantos años en un armario, Sorrento me rescato y me dijo que iba a ser
mi amigo—
—Ah… ah~ E-entiendo—
Y esa era la señal… una embestida
completa del mayor hacia el menor que grito de dolor.
—Esto es excitante—
—N-no te muevas— Dijo
con esfuerzo una melena despeinada pero demasiada tierna.
—Cuando intentaba salir para entrar en el conejo de
felpa… no pude—
Unos ojos amarillos caramelos se
abrieron ¡Cheescake no se iría! Ni siquiera al cuerpo del muñeco.
—Más… Cheescake más—
Él niño con la boca casi seca pedía algo como eso aun humano nuevo.
—Está bien—
Cheescake llevo su gran mano al miembro
erecto del pequeño quien estaba como ahogado en placer.
—Ah, ah, ah, ah…—
La habitación del pequeño estaba full de
tantos gemidos, caricias hasta que ambos se vinieron, llenándose de leche en el
acto.
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.
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6 Años después…
Definitivamente la vida no es dulce pero
no se pierde absolutamente nada con intentar.
Ale y Cheescake vivían en esa casa que
hace como siete años sus padres habían comprado al mudarse en Anaco… Ellos habían
construido una panadería donde había panes, dulces de muchos sabores, helados y
mesas para reposar. Era un sueño que ambos habían adoptado en el transcurso de
la universidad de Alessandro junto con su pequeño trauma que fue disipando poco a poco en pequeñas terapias que asistía
y el trabajo de chofer y escoltas de Franchesco.
~Panadería Cheescake~
FIN
waa genial...lo adore!
ResponderEliminarsaludos~