Nota Inicial:
Espero que Andrew y Stefan (nuestros protagonistas) les tomen tanto cariño, como yo a ellos y que puedan, al momento de leer, puedan comprenderlos. Les invito a refleccionar y que compartan la moraleja que quieras darle... n.n
Resumen:
Si, aunque no lo crean, la felicidad y la dicha que se puede leer en
los cuentos de hadas entre dos personas que se aman es verdad. Cuando dos
personas se aman siempre habrá dificultades, tengan la situación que tengan y
este no va a ser un cuento de hadas Yaoi, lo siento pero en la realidad solo
existen príncipes y princesas que llegan al reinado guardando apariencias y
discriminan a los demás solo porque según ellos, una relación “así o asado” no
es correcta, en fin, a lo que vamos…
.
.
.
Pide un deseo.
Parecían interminables los
hermosos momentos que el rubio alto de veintidós años pasaba junto al tierno venezolano,
cabello castaño oscuro de edad veinticinco. No obstante en los artículos y
enunciados de la prensa no aparecía la realidad de estos dos sujetos, famosos
para la juventud y la moda.
17 de febrero
En Visual-Maid, la revista más leída por sus increíbles
descubrimientos de artistas tanto conocidos como desconocidos, se halló un
encabezado más una foto que intrigo a curiosear más de lo normal a los lectores
–“Beso Yaoi: Stefan y Andrew estremecen al país”-, un secreto que según Stefan era
importante… mientras Lisette una mujer
de veinticinco años de edad, morena alta con cabellos lisos largos y
achocolatados se reía burlescamente estando en su oficina de paredes magentas,
muebles blancos y lámparas sicodélicas…
Mientras la suave y tosca
brisa salina apaciguaba el caluroso clima de la tarde desde el balcón de una
alejada y discreta posada en la playa donde se encontraba el muy mencionado
Stefan. Un chico venezolano; escritor además de ser profesor de castellano y lengua,
inglés y filosofía. Es un muchacho de quizás un metro setenta, pero con
facciones algo tiernas y algo atractivas para muchas. Se encontraba sentado en
una silla playera mirando la portada de aquella revista con miedo y expresión
de asco en su cara, mientras pasando la entrada de la puerta del marco blanco
metalizado del balcón, Andrew el chico modelo y fotógrafo de un metro ochenta
de alto, de ojos grises cual cenizas con rasgos añiles, de físico y
nacionalidad rusa, se encontraba acomodando sus cosas en la gran maleta negra
sobre la cama para dos, de cobertor blanco pastel y almohadas de azul cielo, ciertamente
su ira aumentaba poco a poco cuando de reojo miraba hacia afuera, solo pensaba en
cómo era posible que lo que existía entre el mayor y él era algo tan débil y
tan difuso a la vez, en el silencio roto por el ruido de las olas, se
escuchaban los pensamientos de impotencia y sentimiento del joven…
“¿Qué voy hacer? Si quiera me deja
acercarme desde que compro esa revista
esta mañana… tengo que hablar con él… ¿pero y si me rechaza? Tengo que darme un
poco de valor, al demonio con el que dirán”.
El menor cerró la maleta dejando
caer un papel al lado y se dirigió hacia el anonadado chico, el viento jugaba
con los mechones de cabellos en sus rostros, se apoyó en el barandal blanco
metalizado, miro hacia el mar y la arena caribeña…
—Así que… ¿Ahora que propones?
—
El chico de semblante sorprendido
cerró la revista y la lanzo hacia un rincón, empuño sus dos manos y se las llevó
a sus mejillas…
—Yo… yo no quiero tener problemas
pero ya los tengo—
Andrew solo miraba al vació, como
si con eso lograría arreglar algo. Hasta que alzo su voz…
—¡Tu no piensas en lo que
tenemos!, sé que cuidaste bien de que nadie se enterara pero ya esto es
demasiado, a pesar que soy menor que tú, ya asumí y me acepte como soy, esto es
tu problema no el mío…— El rubio espaciaba su sentir, su pensar, porque
necesitaba ventilarlo, necesitaba decirlo porque si no explotaría.
—Yo… yo te quiero— Stefan dijo
palabras serias, bastantes convincentes, bastantes sentimentales.
—Esto… ya no funcionara— Con un frio tono hablo el más alto.
“Ya no
funcionara”, esa oración hizo eco en lo más recóndito de la mente y corazón
del mayor. Al lado de la maleta estaba un boleto de avión el cual saldría
el dieciocho de febrero, a las doce del mediodía Caracas-Moscú…
Eran las ocho de la noche,
así marcaba en el Pear-phone del de ojos grises cuando estaba en su laptop
negra, titulando algunas fotos de la sesión que había tenido en Coro, San
Cristóbal y en donde se encontraba, en Puerto la Cruz… cuando le llego un
mensaje de texto de Lisette, una amiga periodista y peculiarmente fans de los
libros de Stefan, lo invitaba a una discoteca, dudo un poco ya que el mayor se
encontraba viendo caricaturas en la Tv, aunque le encantaba ver a Stefan ver
comics y contagiarse de sus risas, decidió irse con su amiga, se colocó unos
black jeans un poco ajustados, unos vans
negros junto a un suéter cuello “V” gris de mangas medianas, tomo sus llaves y
su cartera se la introdujo en su bolsillo trasero. Al abrir la puerta de salida
sintió que su mano izquierda era tomada, al voltear miró al castaño, el cual
esquiva la mirada haciendo un lado su cabeza.
—¿A-a dónde vas?— Pregunto
indeciso.
—Voy a una disco con Lissette…—
— ¿Por qué no me pides que vaya
contigo? — Pegunto el pequeño con curiosidad.
El rubio aleja su mano del
mayor que lo mira atento desde sus ojos dulces y oscuros.
—Tú mismo puedes responder el por qué a la pregunta— Lentamente respondió su pregunta como reprimiéndose.
—Te vas a Moscú mañana al
mediodía, revise tu boleto… ¿Acaso te ibas a ir sin mencionarlo?, vi las
maletas pero pensé que era porque tenías que ir qué se yo a otro estado, a la
capital— Muy triste la voz de Stefan salió.
El chico rubio hizo que su
boca chasquee, voltea su mirada felina y vuelve hasta el rostro del pequeño
(pero en edad) y trata de no lastimarlo pero al último momento...
— ¿Esto no era lo que querías? ¿Sabes? Pensaba irme a ver con Lisette
para que la prensa piense que el beso de la revista solo fue por los efectos
quizás del alcohol, no quiero irme arruinándote las cosas, arruinando tu
carrera… por ese secreto…— Se sinceró Andrew con expresión algo molesta.
El rostro de Stefan se tornó
carmín así que lo bajo y procedió —N-no
te preocupes, quédate conmigo…—
—¡Qué rayos! Ya dejemos esto hasta aquí, ya no quiero que te avergüences
de mí… ya no importa, ¡esto ya no importa!—
Inesperadamente Andrew le gritó en respuesta.
—Lo siento— Gimió por lo bajo.
—¡Pero es difícil! ¿Qué dirá mi familia? ¿Mis amigos?
¿Mi carrera?— El
pequeño mayor se llevó las manos a la cabeza sintiendo como si ya sus lágrimas
se escaparían ¡insolentes!
—¡Por eso!— Grito el fotógrafo echando su cabeza hacia un lado
dejando notar dos zarcillos negros en su oreja izquierda.
Pero se dio cuenta que al
preciso momento de alzar su voz, el chico al frente suyo retrocedió un poco
asustado cual liebre en peligro, porque a pesar de su edad, él seguía siendo
algo infantil, algo sensible.
—Solucionare el problema lindo— El rubio con los ojos dormilones musito lo más
principesco para acercarse e inclinándose a la altura del otro, tomándole
sutilmente de sus muñecas.
—Te a-amo Andy— Musito el menos alto, embelesándose con miedo de ese
“Solucionare el problema”.
—Sabes que yo también…— El ojigris lo arrincono de improviso a la puerta
comenzando a besarlo gradualmente los labios mientras acariciaba sus piernas
sin cesar, alzándolas de vez en vez.
Las manos grandes y europeas
del fotógrafo recorrían el cuerpo del escritor, hasta que decidió llevárselo a
la habitación que quedaba allí mismo.
—Quiero hacerte mío ahora— Sentencio Andrew con ansia y seguridad desde su par
de hermosos e impactantes ojos. Dejo caer el cuerpo de Stefan quien estaba algo
cohibido en la cama acolchonada. El rubio amaba mucho al mayor, tanto que en
los seis meses que llevaban como amantes solo tres veces habían tenido
relaciones sexuales, aunque Andrew no era un obsesionado con el sexo, aun así él
quería tener relaciones constantemente. Lo que lo frenaba era que la primera
vez del escritor había sido con él, además de que no soportaba hacerlo sufrir
tanto. Pero esta vez sería diferente, le necesitaba y le necesitaba ahora, ya
que pronto se iría y no volvería, sabía perfectamente que ese recuerdo no le
sería suficiente en el futuro, pero tendría que resignarse al no verle más,
resignarse después que llegara a Moscú.
El ruso le quito la camisa
verde a Stefan quien se retorció ligeramente…
—Te vas… ¡No te vayas!!!— Suplicó el profesor.
—Después hablamos de eso— Dijo entrecortado, degustando a Stefan…
Justo ya le había quitado la
camisa que salía, prácticamente, en cámara lenta hacia algún lugar y así con su
mano blanquecina derecha, llego a desbrochar el pantalón del castaño, quien se
retorcía del sentir que le hacia el otro. Y allí iba, un pantalón cayendo
directamente al suelo y arriba dos chicos, uno tratando de apagar sus ganas y
su resignación próxima colocando un par de piernas alrededor suyo, estimulando
manualmente al miembro del otro chico y aprovechando a preparar con sus dedos a
su lindo niño, besándolo de vez en vez…
mientras, el otro chico estaba dispuesto a envolverse en un doloroso
placer que se le hacía extrañamente sadomasoquista, por el dolor, la timidez y
el placer gimiendo de vez en cuando con sus brazos hacia los lados de su cabeza…
Así fue como pasaron unos
minutos, unos cuantos minutos para que Andrew por fin lo lograra preparar más y
allí fue cuando se introdujo de completo en el cuerpo de ese chico que lo
miraba con una expresión de miedo pero a la vez tan fuerte, esa expresión linda
en su rostro…
—¡Ahhh!— Grito de dolor el mayor, tirando su cabeza hacia atrás y tratando de
resistir, quería hacer feliz a su amante…
—Lo siento— Musito un poco al límite nuestro joven rubio.
—¡No! No, está bien, n-no d-debes preocuparte…— Sonrió tranquilizadoramente tratando de alcanzar su
rostro para luego sobar con gracia y ternura al de cabellos dorados y
platinados a la vez. Aunque el profesor un tanto sofocado soltaba lágrimas y
más lágrimas de vez, esas mismas lagrimas se podía sentir, se podían vivir como
un te amo grabado con fuego en ambos corazones…
Andrew se pasó embistiendo al
más pequeño, quería saciarse y aunque se apresuren a decir que era un
inconsciente e insensible, pues no, porque él sabía lo que hacía perfectamente
a pesar de ver el esfuerzo tan grande que hacía Stefan para aguantar, pero no,
él quería más, él sabía perfectamente que esa noche ni las otras noches y días
no le bastaría.
Si, así fue como esa noche
llena de placer, gemidos y un “ya no
puedo más” de un casi desmallado chico escritor termino y así fue como Stefan
despertó al siguiente día, a las 11:44 am un poco más descansado y un poco
adolorido.
Pero Stefan se dio cuenta de
que algo no andaba bien…
¿Por qué tenemos ese mal
presentimiento cuando ya no hay de qué?
Porque las maletas que ayer
estaban, hoy ya no, además de un fuerte recordatorio de aquel boleto que llego
de improvisto, nada más ni nada menos que un vuelo internacional al mediodía y
de Puerto la Cruz a Caracas… no, siendo profesor no era tonto, porque jamás
llegaría a tiempo.
Instantáneamente a la mente
del que no sabía qué hacer, llegaron recuerdos de Andrew, imágenes cual
película mental de momentos simples, de ocasiones que a simple vista eran
irrelevantes pero que para él, ahora, irónicamente eran tan grandes e
importantes…
Porque ni siquiera nada,
porque Dios no lo convertiría en mujer, ni a él ni a Andrew, porque Dios que es
Dios no logra simpatizar a todo el mundo, porque la sociedad es la sociedad,
porque así seas pobre, rico, respetado, estudiante, trabajador o lo que sea ¡es
sociedad! jamás se verá bien el que dos almas del mismo género se amen, porque
son crueles ¿por qué son tan crueles? ¿Acaso nunca han amado a alguien? ¿Acaso
creen que el ser humano debe ser un patrón de etiquetas sociales? ¿Acaso no se
han preguntado qué siente su “prójimo”? No, tonterías, porque para los demás
nunca serás suficiente, nunca serás el ser humano ejemplar con problemas
“normales” o “anormales”.
¿Por qué no ven que los
anormales son ellos? No, porque solo son como esas estatuas de monos que tapan
sus oídos; para no escuchar el corazón, que tapan su boca; para no hablar con
el corazón, que tapan sus ojos; para no mirar el corazón… ¡Vulgares insensatos!
Vulgares insolentes que le roban la felicidad a los demás ¡la felicidad! Que es
algo tan efímero y hermoso como la vida de cualquier mortal. Pero ya no
importaba, Andrew no estaba…
.
.
.
Ese mismo instante se
encontraba un Andrew en el aeropuerto, con un par de lentes de sol europeos que
tapaban su mal dormir y su sufrimiento, vestía con unos simple blue jeans y una
camisa gris con botas negras… en sus manos cargaba dos maletas, una grande y
una mediana esperando un vuelo al que definitivamente se montaría. El rubio alto
camino hacia un kiosco a comprar el café más cargado que tuvieran y justo
después camino y se sentó en la sala de espera. Él pensó como fue criado, su
padre siempre le dijo que una profesión, que el honor de un hombre se respetaba
y como muestra de afecto eso era algo de lo cual no arruinar, él no quería
arruinar la vida de su Stefan.
.
.
.
Mientras, en la cama después
de 20 minutos, se encontraba abrazado a una almohada azul cielo el castaño
mirando a su alrededor inertemente, simultáneamente siendo honesto consigo
mismo porque odiaba la ausencia de cierta persona, sin pensar hasta que por fin
dejo a un lado la almohada y se quejó despacio, anoche sí que lo había hecho
con Andrew, recordar eso logro sacarle una sonrisa leve de medio lado… tomo una
toalla que estaba en la silla de al frente y se envolvió con ella. Lentamente
se dirigió al baño y allí vio las cerámicas blancas y el gran lavamanos, al
frente, también había un gran espejo, donde peculiarmente estaba pegado una
nota, al instante pensó “Que cliché”, pero se volvió a reír levemente, su mano
se estiro y alcanzo la nota de papel blanco y tinta negra. Stefan lleno la tina
y espero pacientemente a que se llenara y espero pacientemente a leer la nota
dentro del agua:
Nota:
Siento ser tan
cliché, pero necesitaba decirte algo porque ya mi celular no me será útil, le
quite la pila XD Siento no haberte dicho nada, pero si me viese quedado
imagínate el escándalo y la falta de respeto de tus lectores y estudiantes en
contra de tu persona, eso no me lo perdonaría ni en mil años y admito que antes
pensaba que eras egoísta con lo nuestro pero luego logre entender. Yo no puedo
ser una chica que te dé a los hijos que tú y tu familia querrán para ti, yo no
podré darte una familia normal y si lo hacemos pues, nuestros hijos serán
señalados por tener a dos padres y aunque nos digan cobardes, siempre debemos
aceptar la derrota en nombre de nuestro propio bienestar ¡Ah! ya problema
resuelto con las fotos :) Sobra decir
que lo nuestro se terminó. Yo de verdad te amo, pero lo mejor es que el tiempo
nos haga las cosas más fáciles ¡sonríe síp!
Con amor, yo :D
P.D: Por sí
dejas en un mal lugar esta nota :)
Y en conjunto el castaño iba
leyendo, sus piernas temblaban ligera e imperceptiblemente bajo el agua…
.
.
.
—Andrew bello, hola— Lissette saludaba espléndidamente para besar
apasionadamente al fotógrafo quien después de un momento imperceptible correspondió
aquellos besos.
Después de las escenas
acarameladas, ambos se sentaron y comenzaron a charlar algo lejos de los oídos
ajenos.
—¿Qué pondrás amiga?— Pregunto el rubio cruzándose de brazos y sonriendo…
perfectamente.
—“El fotógrafo Andrew se despide de su amante Lissette
Díaz y se vuelva a Moscú, y logramos aclarar que su amigo Stefan y él solo son
dos grandes borrachos que cuando vieron la primicia de su beso solo rieron por
verse tan ridículos los dos”— Susurró la morena y le sonrió.
—Gracias, siempre te lo agradeceré…—
.
.
.
¿Cómo se conocieron? Pues,
claro que Stefan recordaba con la nota en la esquina de la bañera.
Como escritor y a punto de
lanzar un libro, necesitaba un fotógrafo que diera en el blanco con estilo y
como si fuese un deseo, la compañía le presento a Andrew Yevkurov, y
ciertamente era alguien muy simpático y apuesto.
Cuando terminaron la sesión
de fotos en ese mes, Andrew lo invito a cenar…
—Leí un libro tuyo ese de “La vida inextricable” y no
lo entendí, no sé si es por mi idioma natal— Río el rubio…
—Mis libros no son cualquier cosa que cualquiera pueda
analizar— Enseguida en
ese restaurant italiano el escritor se cruzó de brazos sin la mínima pizca de
gracia.
—Oh pero si me gustó mucho el escritor— Sonrió muy serio Andrew y sin duda hubo esa
cancioncilla cuando te enamoras de alguien, que para ajenos suele ser tan cursi
pero tan emocionante para los amantes.
En la compañía donde estaban
trabajando; “Edificio”, ofreció una fiesta de Halloween y ambos asistieron, algunos
tragos más tarde y la atracción mutua hizo que los dos durmieran en el
departamento de Stefan sin hacer nada, solo después de unos besos tiernos,
inocentes y apasionados se quedaron dormidos, abrazados el uno al otro.
—Sí Dios me dijera que pida un deseo… ¿Qué le pediría?— Hablo estoico después de haber recordado mirando a
algún punto sin realmente mirarlo, y pensó detenidamente.
—Desearía volver a nacer y que el destino ate la vida
de Andrew y la mía, como lo que somos, dos chicos que se aman y quieren estar
juntos— Sonrió él y
tomo la nota y la volvió a leer.
.
.
.
19 de Febrero
Ese día amaneció realmente
luminoso… la vida sigue como todo y nadie le presta atención a los enunciados
más que un día, para esperar a la siguiente publicación. No obstante siempre
habrá alguien que llevara ese enunciado en particular el resto de su vida…
-Stefan Quirós, escritor: muere ahogado en una bañera…-
Fin…
Lo sé, no podemos seguir
Pero
Se valiente
(¡Vamos!)
Cierro mi ojos, Luego despierto y
Veo que no estás aquí, Odio eso.
Sé que nos separamos
Pero no me gusta esta realidad
Las lágrimas que derramé durante
Toda la noche no se detendrán
¿Cómo puedo vivir sin Ti?
No puedo borrarte de mi mente
Bebe, ¿Podemos retroceder el tiempo?~
Tú & Yo ~ ~ ~
No podemos romper, No puedo Rendirme
Tú & Yo ~ ~ ~
¿Cómo sucedió esto?
Sea lo que sea, Esto es tan triste
Tú & Yo (Ah Ah Ah-Ay~)
Tú & Yo ~
Sé que es demasiado tarde
Tú & Yo (Ah Ah Ah-Ay~)
Tú & Yo ~
Inseparables
Los lugares en donde estuvimos juntos
La ropa a juego que los dos llevábamos
Todo es normal ahora, No podemos terminar así
¡Simplemente no puedo dejarte ir!
Tú & Yo (…)
Estamos destinados
Adiós por un tiempo, eres mi destino
Sólo una melodía triste
Vamos a compartir el amor de nuevo
Las lágrimas que derramé durante
Toda la noche no se detendrán
¿Cómo puedo vivir sin Ti?
No puedo borrar tus recuerdos
Bebe, ¿Podemos retroceder el tiempo?~
Tú & Yo ~ ~ ~
No podemos romper, No puedo Rendirme
Tú & Yo ~ ~ ~
¿Cómo sucedió esto?
Sé lo que está en los recuerdos
Esto es tan triste
Tú & Yo (Ah Ah Ah-Ay~)
Tú & Yo ~
Sé que es demasiado tarde
Tú & Yo (Ah Ah Ah-Ay~)
Tú & Yo ~
Inseparables, Tú & Yo
Realmente te extraño
(Te extraño mi amor)
Realmente te quiero tanto
(No tengo tu amor)
Realmente te amo
(Te amo bebe, bebe)
En medio de nosotros, soy un desamparado
Tú & Yo ~ ~ ~
No podemos romper, No puedo Rendirme
Tú & Yo ~ ~ ~
¿Cómo sucedió esto?
Sea lo que sea, Esto es tan
triste ~ ~ ~
You and I - Boyfriend
Nota Final por la autora:
Hallo, soy Shigatsu. Espero que no le haya traumado tanto mi One Shot n.n no la hice pensando mal si no viendo una realidad que día a día nos amenaza a todos por igual, porque tenemos amigos, porque tenemos familia ,porque tambien somos seres humanos que no son perfectos y como unica recompensa nos han dado una sola cosa poderosa y es el poder del amar que esta allí y en cualquier momento podria mutar en cualquier cosa. Les invito a que analicemos y conformemos una mejor sociedad en donde vivir :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Maid Comentario n.n