Capítulo V
Escapism
Supe
en algún lugar de mi corazón
que algo parecido a la felicidad no continuaría más
Pero esos sentimientos de atracción hacia ti no cambiarían
Adiós para siempre a aquellos días de diversión
Desde hoy, estoy solo
Viviendo sin ver tu rostro sonriente
Pensando en todas esas cosas tristes
He puesto un signo de interrogación al significado de vivir.
Ah, quise estar siempre contigo, no me dejes
Ah, Siempre...
¿No fue así desde el principio?
Ah, comienzo a asustarme
Estoy caminando la senda de
las preguntas que no tienen respuesta
Ah, En verdad te amé
Cuando se ha vuelto tan fácil llorar
Quiero reír
Quiero reír junto a ti
No podré reír nunca más
Lastimado
Triste
Quiero verte
Si te recuerdo, me invade la tristeza
Silenciosamente, Silenciosamente, me desplomo.
Cuando lo entiendo, las lágrimas han aflorado ya
Quiero desaparecer
Quiero morir
Quiero volverme loco…
Escapism
/ An café~
Hace dos años…
Ya había llegado el día, en 5 horas salía
mi vuelo. Había actuado casi normal con Angelo aunque lo evitaba a toda costa,
habían pasado 3 semanas desde el bendito video que mire, 2 de esas semanas
Angelo había ido de viaje a trabajar extra como camionero ya que su trabajo era
de supervisor en camiones de una empresa.
—¿Te
han dicho alguna vez que eres atractivo?—
Gil me abrazaba despacio desde atrás, me
acurruque en su regazo, necesitaba un amigo.
Pero todo me agarro por sorpresa cuando
sus manos tocaban mi retaguardia y se metían dentro de mi camisa mientras su
boca buscaba la mía.
—¿Qué
haces? Suéltame—
—¡Hey!
Tranquilo… solo piénsalo, te podría ayudar en todo lo que quisieras incluso
podría irme a Venezuela contigo y solo tendrías que hacerlo conmigo, tener una
relación candente—
Me zafe de él y le golpee el estómago, se
quejó alejándose.
—No
soy una mujer desamparada ni un puto que busca dinero—
Aunque si Angelo me dijera eso, yo lo
aceptaría de inmediato.
—Pero
si puedes hacer de puto con Angelo ¡él no tiene el dinero que tengo yo! Ni
siquiera podría ir a Venezuela—
—Pues,
si quiero ser el puto de Angelo ese no es tu problema ¿Me oyó? Y no vuelvas a
tocarme—
.
.
.
Había despertado y eran las 11 de la
mañana me sentí muy mal, el cuerpo súper pesado y el dolor en las caderas era
fuerte pero lo trate de pasar por alto.
Mi taxi había llegado, mis dos maletas y
mi bolso mensajero, estaba listo. ¿Qué haría? ¿Cómo haría para mantenerme a mí
y a dos más?
Cuando ya me iba a montar, alguien jalo
de mi abrigo y caí en el pecho de alguien.
Me aleje solo un poco para ver quién era…
era Angelo con un ramo de margaritas, él respiraba con mucha dificultad, parecía
que había venido corriendo.
—No
me hagas esto, yo te amo—
Me emocione mucho aunque me quede
paralizado como esperando algo, no sabía. Angelo con su abrigo marrón me pasaba
el ramo de flores.
—Esther
me dijo sobre el video que te mostro Gil—
—Cierto…
olvidaba que no soy lo suficiente para ti— Susurre muy
tristemente.
—¡Claro
que no! la realidad es que estaba borracho y había usado cocaína—
Agarre y pase un brazo mío tras la alta
nuca de mi novio, poniéndome en puntillas. Sentí su rostro cálido entre mi
cuello.
—Ella
también me conto de tu embarazo— Temblé y trate de
alejarme pero él me detuvo.
—Tengo
miedo… tengo que irme y no sé— Me apreté más a él.
—No
te preocupes buscare la forma de ir contigo y tener un trabajo solo no te preocupes
a ti ni a los bebes—
—No
te vayas a propasar, ninguno de los dos tiene dinero. Yo hare mi mejor esfuerzo
para salir adelante, solo quiero que siempre nos estemos comunicando por medio
de video llamadas—
—No
te dejare solo… mi tío tiene dinero y hare lo que sea para ir contigo o traerte
conmigo—
—Con
cuidado… te amo Angelo—
Angelo era un chico inteligente y fuerte.
Él fue hablar con su tétrico tío quien le dio una buena y una mala noticia.
Él tío si tenía un trabajo y justo uno
para Venezuela. Ese trabajo consistía en asesinos que se adornaban detrás la
palabra: escoltas.
Las semanas pasaron… Un escenario con
motos y clima nublado dejaban ver a Angelo que iba con un sobretodo negro con
un arma brillante guardada en sus pantalones.
Angelo viajo a Escocia por órdenes de su
nuevo trabajo y solo para un cargamento de armas.
Su trabajo en Europa termino porque fue
extraditado a servir como parte de un equipo de defensa y ataque de un señor
con mucho poder en ese país tan simple llamado Venezuela.
¡Swing! ¡Swing! ¡Swing!... Disparos en un
cuarto de hotel lujoso, directo a un robusto sujeto de pelo castaño canoso que
estaba en el suelo, junto a la gran cama.
—Ya
basta Angelo, el sujeto está muerto no hay porque exagerar—
Milo, un caucásico y fortachón muchacho
detenía a un Angelo sombrío de barba ligera estilo candado, con mirada perdida.
—Está
bien, mi tío siempre fue un avaro, siempre decía “más es mejor”—
Había matado a su tío por serle fiel a
quien había derrocado en poder a su tío.
Angelo no era así, pero su familia no era
una buena o tradicional. Le habían enseñado artes marciales, tiro al blanco,
idiomas y técnicas para espías, él desde un principio rechazo los trabajos
asignados y fue así como término trabajando duro para mantenerse y darse los
pocos lujos que se daba.
Al encontrarse en una situación de
contrapeso pues, solo necesitaba actuar y obtener dinero para que su amor no
pasara necesidad, para dejarle en claro a Gabriel que si podía mantenerlos en
todos los sentidos.
.
.
.
~Tono: Be my
reason subete ga ima Be my power- Future
ugokidasu- Be my reason kimi no soba de-
Be my power, Future. (Opening:
Karneval)
—¿Aló?—
Respondí medio dormido, eran las 3 de la mañana.
—Gabriel,
es Angelo—
Ignore su tono sombrío porque estaba feliz
y…
—Estoy
feliz de que seas tú. Pensé… p-pensé que te habías olvidado—
Mis ojos se desbordan porque es que habían
pasado como unas 6 semanas que ni me había llamado.
—No,
sabes que te amo. Te dije que haría lo que fuera para que tú y los bebes
tuvieran seguridad… llevo la cuenta y debes tener unos cinco meses, debes estar
muy abultado— oí un gesto de sonrisa tranquilizador.
—Así
es… te extraño, te necesito— Sonreí casi sollozante.
—Yo
también… espero que el dinero que te gire haya sido suficiente para los gastos,
estas semanas he estado muy ocupado. No he tenido ni tiempo para llamarte—
—Sí,
fue mucho pero te dije que estoy trabajando de profesor en varias instituciones—
—Habrá
muchos adolescentes estúpidos ¿No te han hecho preguntas estúpidas o algo?—
Lo escuchaba como cansado…
—Los
directores y yo hemos quedado en solo decir que tengo especie de tumor y que
tengan cuidado conmigo, es que el Mpreg no es muy visto y para evitar pues…—
—¿Evitar?
¿Evitar qué, Gabriel? ¡Dios! Solo eres un chico estudioso al que su novio
embarazo, podrá sonar demasiado complicado pero ¡¿Por qué demonios esconder tu
embarazo?!!!—
Agarre fuerte mi celular, él estaba
molesto y yo muy sensible.
—¡Evitar
qué!!!— Volvió a gritar y me estremecí.
—¡Solo
quiero evitar que me hagan sentir mal! Estoy en una ciudad grande, solo porque
donde mi familia vive no hay asistencia a hombres embarazados—
—No
llores por favor, soy un idiota. Si estuviera contigo, si podrías decir que
tienes bebes sin preocuparte porque la primera persona que te haría sentir mal,
la mataría—
Abrí los ojos y sentí un escalofrío.
—¡No!
no te alteres, todo está bien cariño—
—Bueno,
estaré en Venezuela en tres días abordando en el aeropuerto internacional de la
capital y no, no es una broma— Y allí su voz
sugestiva que me embelesaba.
—¡Ah!
Que fino ¿Cómo? cuéntame— Salte de mi cama.
—Después
te cuento ahora quisiera estar contigo y abrazarte y ¿el doctor te prohibió el
sexo?—
Esa voz…
—No,
me dijo que si el otro padre estuviera conmigo pues, mi estrés por el embarazo
disminuiría por unas cuantas sesiones de sexo… con algo de cuidado—
Sonreímos y me acaricie la panza en la
oscuridad, escuchando la respiración de mi novio a través de aquella
comunicación telefónica.
.
.
.
El día llego, o la noche. Mi reloj daba
las 1 y 45 de la madrugada, su vuelo estaba retrasado tres horas. Mi tercer
chocolate caliente no me ayudaba a estar despierto y menos mi embarazo, mi
cabeza comenzó a cabecear.
Y al fin llego, lo vi desde arriba cruzar
las puertas de cristal. Era un sujeto alto de hombros anchos con una chaqueta
de algodón negra con jeans oscuros y una camisa gris con rayas gruesas grises.
Sus cabellos castaños estaban un poco
desalineados pero se veían bien aunque tenía barba y solo un bolso que lo llevaba
en uno de sus hombros. Su aura hacia que su look contrastara con él… me acerque
a Angelo, me sentí como una hormiga ante su enorme sombra.
Los dos estábamos allí, cuando lo vi mis
ojos viajaron al suelo, no nos movíamos. No sé si era yo porque a pesar de
saber que era Angelo pues, algo dentro de mí no lo conocía.
De pronto sus manos se posaron en mi
panza, se inclinó para abrazarme mientras yo colgaba mis manos de su cuello.
—Leí
algo que imprimí en el vuelo, debes estar muy sensible y eso cubre mi pregunta
sobre tantas lágrimas en los últimos cinco meses—
—Jajaja…
al fin estas aquí, me estaba durmiendo arriba— Reí con
lágrimas en mis ojos muy somnolientos.
—Oh,
creo que te puedo cargar hasta la camioneta, gracias—
A lo último se dirigió a un chico con un cartel de “Siler” que le entrego unas
llaves de auto y un celular.
Le indique la dirección donde vivía, le
pregunte sobre quién era el chico del aeropuerto y sobre su nuevo trabajo…
—Ya
deja de hacer tantas preguntas, no quiero explicar nada—
Su voz de mando terrible…
Su rostro se arrugo mucho cuando llegamos
a la casa modesta de la señora María, yo le alquilaba el último cuarto…
entramos y me pregunto por el baño, le dije que saliera y abriera la puerta que
estaba en el patio. Volvió a arrugar su rostro.
—Dame
tres días para sacarte de esta porquería de casa, ni mi departamento era tan…
así—
—Fue
lo único que pude conseguir y está bien porque la señora María no me corrió
cuando le debía un mes entero—
—No
te vayas a dormir que quiero estar contigo—
Y fue él saliendo y yo cayendo rendido.
Sentía mucho calor de una manera sugestiva
de repente y algo me succionaba, me
tocaba, abrí los ojos pesadamente.
—Ah,
no… no ¿Qué pasa?—
—Te
voy a tomar, solo eso— Su voz seductora…
Estábamos desnudos, yo estaba de lado con
unas almohadas que me sostenían, empapo sus dedos con mi saliva y comenzó a
dilatarme deliciosamente para rápidamente embestirme con su miembro erguido.
Gemí como nunca, le dije que lo metiera
profundo con palabras como; “Más”, “Fuerte”, “¡Ah!”…. nos corrimos pero después
de una corta pausa, él aun dentro de mi comenzó a moverse, yo estaba muy
cansado sin embargo él siguió arremetiéndome…
Ese miércoles no pude asistir al trabajo,
la señora de la casa estaba muy preocupada por mí y mi cabeza no dejaba de
recordar eso, que él no le había importado mi cansancio y me haya tomado como
muñeco sexual preñado 3 veces en una noche.
Su voz de mando y que ni siquiera me haya
dejado su número me hacía sentir como si fuera solo una obligación.
Tenía miedo porque ni se disculpó y esa
noche de sexo, solo fue eso… sexo, se había quitado las ganas y pude sentir
como se quitaba un estrés sin importarle mucho mis sentimientos.
.
.
.
Me llevo a una casa muy hermosa que
quedaba muy a las afueras de la ciudad, de hecho era una odisea la dirección ya
que estaba dentro de la montaña. A los siete días nos casamos y comencé a ver
cambios que ignoraba porque quería estar con él, comenzaron las violaciones que
al inicio también ignore ya que éramos esposos y quizás así resultaban los
matrimonios.
Cuando le hicimos la fiesta de 1 año a los
bebes en la casa de mis padres, ese momento fue mágico, mi familia estaba allí
junto y uno o dos amigos pero de allí las cosas no marcharon bien, él no me
dejaba salir. Pensé que solo me jugaba una broma pero no era así.
Planee salir de allí porque quería ir al
centro comercial y comer helados con los niños, justo los sujetos vestidos de
traje me incautaron en la puerta del auto… “Señor deje de resistirse, el señor
Angelo nos dio órdenes de no dejarlo salir pero de no hacerle daño y por eso
tendremos que sedarlo con una pequeña dosis”.
Llore como nunca al despertar, lo espere
pero Angelo ni se la pasaba en la casa así que llame a mi mamá y descubrí que
el teléfono estaba muerto, fui a la computadora y tenía una clave de acceso al
internet, estaba preso.
A los dos días llego y fue cuando me le
puse agresivo, él me golpeo por primera vez, no me soltó hasta verme
ensangrentado… “¡Ves lo que me haces hacer! Esto es tú culpa, no vas a salir de
aquí a menos que tengas mi permiso. Pase por mucho cuando te viniste embarazado
¡tuve que hacer muchas cosas para tener dinero y para ser tan importante como
lo soy ahora!”.
Entonces era así… yo lo había sabido
desde un principio pero ignore todo aquello solo para que estuviéramos juntos
sin problemas y que ironía que el problema haya crecido tanto.
¿Dónde estaba mi Angelo?
Él chico que planeo toda una estrategia
para no dañar nuestro noviazgo.
.
.
.
Continuara…
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