Brillos

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Capítulo I: Infidelidad como espinas.

Capítulo I: Infidelidad como espinas.

     Supongo que hay una regla que aplica para todas las cosas y es: Nada dura para siempre. Desde las personas, plantas, animales, cosas incluyendo tanto lo sentimental como lo físico.

-¡Ma! ¿Dónde está mi suéter de neko? Ya sabes ¡las de largas orejitas- Una pelinegro pequeñita de uniforme me preguntaba con los ojos chinitos de recién levantada y el cabello mojado con expectativa.

     Suspire frente a las loncheras.

-¿Para qué lo quieres? Sabes que te molestan por eso-

-No te preocupes Ma-san, yo la defenderé- Dijo mi hijo mayor de 11 años quien le desordenaba más los cabellos de su pequeña hermana Kaede.

-¡Kaoru me va a proteger!- Grito Kaede-chan de 8 años agarre y le hice un coleta.

-Está bien, esta en mi cuarto- Me rendí ante la pequeña.

-Ma-san ¿Cuándo otou-san viene?- Me decía Kaoru-kun.

     Volví a suspirar ¿Era como tarde pensar que mi relación con Sousuke era bastante distante?

-Creo que ya esta noche estará cenando con nosotros-

     Al darjarles el desayuno y los bento preparados me fui a terminar de arreglarme para mi trabajo como profesor de literatura y matemáticas, al menos me conformo porque soy sensei del club de natación en el colegio que trabajo y eso me hace feliz.

     Antes de salir me veo en el espejo de la entrada, mi cabello castaño aceitunado está más ligeramente largo y mis ojos verdes solo se ven tenuemente más maduros luego me doy cuenta que cumpliré 34… en fin me coloco mis gafas para seguir con mis zapatos grises.

-¡Adiós chicos, no lleguen tarde!

-¡Ok!- Escuche al unisonó, sonreí y tranque la puertas tras mío.
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     Ya iba a ser hora de salida, desde mi cubículo me golpee mis hombros para sacar lo cansado del día y además esos pensamientos que me llegaban sobre Sousuke, los primeros 6 años las cosas funcionaban pero ahora era como si alguien de los dos necesitáramos decir alto a la relación de 9 años de concubinato.

     Recordé cuando tuvimos relaciones mientras estaba en estado de Kaede-chan, teníamos miedo de que lastimáramos al bebe pero él se tomo la molestia de hablar con mi doctor y…

-Shh… Hable con tu medico y si podemos-

-Jajaja teníamos mucho tiempo de abstinencia ¿no?-

-Seis meses para ser exactos- Amaba su voz demandante en momentos así.

     Esa voz y ese delicioso aroma me tenían los pelos de punta, el mismo quito la frazada y me dejo acostado sobre las almohadas.

-Makoto- Su suspiro cerca hizo que llevara mis manos a sus hombros amplios y sensuales.

     Sus rodillas las pasó por debajo de mis piernas para besar mi cuello y succionar demasiado fuerte hasta mis tetillas un poco hinchadas por el embarazo.

-Ah… t-te necesito, te necesito ah, ah- Mis gemidos fueron callados por un beso profundo y salvaje.

      De repente no tenía camisa y mis pantalones grises cómodos me los había sacado con cuidado. Sentí dos de sus dedos gruesos en mi boca, los chupe y al sacarlos los empape de mi saliva.

-Oh… ¡ah!- Sus dedos buscaban dentro de mi esfínter.

     Dolía un poco, me besaba los brazos y volvía a su vaivén allá abajo. En eso uno de sus dedos alcanzo cierto punto.

-¡Ah! Ah allí-

-Mmm…-

     Nítidamente vi cuando el de cabellos negros se relamía. Y allí una estocada profunda a la que exclame. Rápidamente se me paso la molestia y una flama inundo mi ser, le necesitaba.

-Muévete… ¡oh por Dios!- Dije entre una onda de lujuria.

-Enseguida-

    Su cara era imperturbable, su mirada era acaparada solo por mí. Lleve mi cabeza hacia atrás sintiendo nítidamente la ida y la vuelta de su miembro en mi… a la final el me desbordo de semen por dentro y yo lo regué por fuera.

“-Sousuku… Sousuke te amo-”

     Que felices éramos, pero ahora todo se había esfumado.

     Por su trabajo no estaba presente en casi todos los cumpleaños de los miembros de la familia, en nuestro aniversario y en otras fechas importantes. Realmente no recuerdo cuando tuvimos relaciones sexuales… hace cómo ¿3, 6 meses?

     Abrí la puerta…

-¡Ya llegue!-

-Buenas Makoto, los chicos no ha llegado- Un pelinegro con una taza humeante de café se dirigía a mí.

-Bienvenido Sousuke- Mi corazón se agito solo un poco y un sentimiento de resignación hizo que detuviera la emoción así que solo pase de largo a cambiarme.

     Al bajar me encontré con Kaede-chan abrazando a Sousuke con un abrigo pero de pollito amarillo mientras que Kaoru-kun miraba fascinado un video juego.

-Buenas noches chicos-

-Oka-san ¿Viste-viste?- Sonreí y asentí.

-Iré a preparar la cena- Solté para mirar como ambos niños salían a subir las escaleras.

     Saque del refrigerador el curry guardado para recalentar cuando sentí un par de manos en mi cadera y cintura, me quede quieto.

-Necesitamos hablar- Hablamos recíprocamente.

      De repente recordé cuando habíamos adoptado a  Kaoru por la muerte de unos tíos de Sosuke y recuerdo que un año después yo estaba en estado por Kaede… fueron años un poco atareados pero felices no como ahora…

-Habla primero- Dijo el más alto.
    
     Trague grueso.

-No crees que esta relación no está lo suficiente fría como para ya decidir qué hacer-

-¿A qué te refieres? ¿Acaso no sabes que mi trabajo como piloto después de tantos años?- Él se alejo con su típico ceño fruncido y su cruce de brazos.

-Si lo sé, pero entiende que hay algo que… no está funcionando o al menos de tu parte- Susurre lo ultimo muy dolido.

     Todo mi problema tenía un porque, todos mis repasos sobre mi vida con él tenía un por qué.

-¿Qué dijiste?-

     Baje el rostro, sí lo decía entonces de verdad que se haría realidad pero era una realidad que me había callado.

-Tú y Kimi-san-

     Kimi era una aeromoza que trabajaba en la misma compañía que Sousuke y fue ella misma quien me envió un video donde ambos se besaban apasionadamente y no pude borrar más esas palabras por parte de Sousuke… “Te necesito, ahora”.

-Ella- Comencé –Ella me dijo que siempre te quedas en su casa después de un viaje, también que ustedes de verdad… se quieren-

     Mi corazón latió dolorosamente al escuchar un largo suspiro de parte del más alto.

-Lo siento-

     Mi corazón sufrió especie de puñalada… era un hecho que mi naturaleza tranquila no bastaría ahora.

-Te odio- Dije viéndole directamente con ira y rencor.

     Mi puño se movió solo y le partí la nariz ¿Cómo lo supe? Por el hilo de sangre que salía de su fosa nasal. Él no se defendió.

-Merezco… tus golpes- El de ojos agua se agarraba la nariz con dolor, era imperturbable, así era Sousuke.

-¡Te odio!-

-Es cierto que estuve un par de veces con ella pero eso de que nos queremos no es así-

-¡¿Me vas a mentir encima?!- Exprese indignado con una que otra lagrima rebelde en mis ojos.

-No, ella solo quiere que nos separemos para probar suerte conmigo… y yo no estoy dispuesto a eso-

     Ajá ¿Y nosotros? ¡Qué doloroso!

-Eres un bastardo y… no negare que quiero seguir golpeándote pero me detengo por los niños- Sonreí miserablemente bajando el rostro y cubrirlo con mi mano.

     Imagine el agua, el mar profundo, imagine mis días en el club y el día en que conocí a Sosuke. En esos tiempos nada era serio, todo eran sonrisas y preocupaciones de estudiantes simples ahora todo era reducido a terminar con una relación de concubinato en el cual habían 2 niños.

     De repente sentí a Sousuke tratando de abrazarme por la espalda pero luche y no deje que me tocara.

-¡N-no me toques!- Estuvimos luchando pero cedí ante él de ojos hermosos.

-Sé que estas molesto, merezco este golpe y muchos más…-

-¿Qué es lo que quieres? Ya déjame en paz-

-Te amo Makoto, eso no ha cambiado… ella fue un error grande de mi parte, lamento mucho haberte fallado- Solo escuchaba, no podía ver su expresión.

-Lo que puedo decirte…- Sus palabras, sus manos sobre mis brazos, todo él me parecía solo espinas afiladas que me lastimaban sin cesar.

     Luego no sentí su tacto por su arrastre hasta abajo, era impresionante lo que estaba experimentando, Sosuke con una expresión de miedo y algo roja estaba de rodillas frente a mí.

-Todo lo que me queda es rogarte, por favor no me dejes, todo mi mundo eres tú y nuestros hijos-Verlo rogarme no me hacía sentir mejor, aún dolía tanto que dos lagrimas se escaparon de mis ojos.

      Negué con mi cabeza.

-Yo también te amo pero esto es tan difícil- Solté despacio mientras él se levantaba y con su mano hacia levantar mi rostro para darme un pequeño beso y luego mirarme con suplica.

     Todo era muy doloroso para mí.
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      “Continuará”…
Siguiente; Capítulo II

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